La llegada del otoño coincide con el inicio del curso escolar, lo que favorece la propagación de los resfriados entre los niños.
Los más pequeños de casa tienen un sistema inmunológico inmaduro, por lo que se contagian de más virus que los adultos. El primer año de guardería es cuando se acumulan más episodios de infecciones respiratorias altas, sobre todo si el niño tiene menos de dos años.
Como ocurre siempre que hablamos de la salud de los más pequeños, la prevención es el mejor tratamiento.